miércoles, 25 de abril de 2007

Así sea

Allá donde vaya, te seré fiel, mi Perdida.
Juro no olvidar en piel alguna tu belleza,
el candor brutal y miel de tu cueva encendida,
el verano frutal en tu pecho y mi cabeza.

En mi largo destierro de furtivo homicida,
prometo velar como mereces mi tristeza;
sufriré puntual la expiación de tu partida;
susurraré tu nombre a oscuras, como quien reza.

Al otro lado de los balcones clandestinos,
más allá de las camas que ofrezcan su guarida,
yo aguardaré el rumor de tu voz por los caminos
como una plegaria en la
s almohadas escondida.

Te seré fiel. Yo te seré fiel en los destinos
a los que quiera abocarme, desde hoy, la vida.



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