No existe en la calle hallada el número de puerta que me dieron
Álvaro de Campos
Algún día te abrirán la puerta,
te abrirán la puerta de la pared sin puerta
del pasillo hambriento de Lisboa
Algún día llegará tu barco
a la tarde sin noticias de Lisboa
(tú lo verás venir cansado,
aterido y despierto,
vigía escuálido,
desde el castillo aquel de tus candilejas)
Algún día hallarás la calle,
el número, la hora,
virando melancolía a poniente
de tus harapos de príncipe de vísperas
oirás el carruaje hacia tu calle,
oirás el tranvía que cruje al purgatorio,
la puerta allí en tu quinta al entreabrirse
con la bruma de un sueño que al llegar
ya sólo será tu niebla,
el pálido vagar de tu costumbre.
G., 15/V/’13
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