jueves, 16 de octubre de 2014

Entre el mundo y tu madre

Hay otra especie de virus paralelo, como de mala conciencia ambiental, con esto del ébola. Y no tiene nada que ver, por supuesto, con ese señor que ya venía tan “bien comido” de su casa (gracias, míster: para no habernos dado cuenta, viéndole), ni con esa pobre idiota que se cayó en una marmita de Loewe cuando era pequeña, y de ahí a ministra directamente. En realidad es algo que no tiene que ver con ésta o aquella catástrofe, y que –supongo– es tan viejo como los primeros televisores vomitando tragedias mientras, unos metros más allá, una familia se concentra en conseguir justo lo contrario (tragárselas). [Sigue leyendo]

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