viernes, 17 de noviembre de 2017

Obras y sombras (Baudelaire, Umbral, Joplin)


Janis Joplin: a cantar dulce y a morirse luego 




a cantar dulce y a morirse luego.
no:
a ladrar.
así como duerme la gitana de Rousseau.
así cantás, más las lecciones del terror.

(A. Pizarnik)

Porque antes, o por encima, o más allá de las lecciones del terror, “cantando puedes sentir cosas que no sentirías ni estando un año de fiesta”. 

Una fiesta para la niña triste del ladrido. Una fiesta de cumpleaños en un entierro. Una fiesta interminable de carnaval para Janis Joplin, y que la tormenta rabiosa y dulce de guitarras y sudor y neón barra el vacío en estampida. 

Pero las lecciones del terror. 

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Baudelaire, demonio redentor



“Oscuridad es luz donde hay luz sola”, dijo otro hermano de la misma cofradía (Goethe). Así es: una luz absoluta, totalitaria, sólo ciega. No somos ángeles sino hombres; no podemos mirar al sol directamente, ni vivir sólo de la luz, en la luz. Es precisa la sombra. Que unas alas negras se ciernan enormes sobre el páramo. Sólo así podremos identificar los contornos de todo lo que nos rodea, de todo lo hermoso y de todo lo atroz: es decir, de lo que somos... [Sigue leyendo]


Umbral: la tinta y la venganza



Se escribe en legítima defensa; muchos no sospechan hasta qué punto.

El hombre que tanta gente en España conoce sólo porque un día dijo en televisión que él había ido allí “a hablar de su libro”, y no de “lo que opine el personal, que me da lo mismo”, vino a este mundo precisamente, exclusivamente, a hablarnos de su libro. Quedó, aquella cosa de la tele –la cosa, decía él siempre–, en boutade frívola y folclórica que reponer a cada tanto, entre los colorines de Alaska y el milenarismo de Arrabal con Dragó. Pero la ironía está ahí, como una carcajada siniestra, vista hoy a buena luz: sin darse cuenta, Paco Umbral dio a Mercedes Milá aquella tarde una poética resumida y exacta de su vida. [Sigue leyendo]

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